de 18 a 24 meses

En esta etapa, el niño va madurando y consolidando todo lo aprendido, con una gran madurez de la motricidad gruesa: anda solo, puede hacerlo de costado y hacia atrás, e incluso arrastrando un juguete con ruedas. Puede correr y sabe sentarse solo en una sillita, aunque con dificultad. También puede agacharse y coger un juguete sin caerse. A partir de esta edad, el niño consigue mantener el equilibrio. Poned obstáculos pequeños por el suelo e incitad al niño a que los pise para que aprenda a caminar sobre distintas superficies.

Al final de esta etapa, el niño es capaz de jugar estando en cuclillas, de chutar la pelota dándole patadas sin apoyo o lanzarla con las manos sin caerse. Utiliza las manos con independencia. Sabe quitarse la ropa (no desabrochar botones). Si le damos una cuchara, sabe comer y con un lápiz imita trazos, primero verticales y posteriormente horizontales.

de 24 a 36 meses

En esta etapa, los bebés ya quieren hacer la mayoría de las cosas solos. Se sienten independiente, forman oraciones con sujeto y predicado y hacen preguntas sobre todo lo que ven. Aprovecha los momentos con él para preguntarle lo que ve y lo que siente. A esta edad ya puede ayudar a mamá o papá a regar las plantas, recoger sus juguetes y limpiar sus cosas. Puede vestirse solo y decir su nombre completo. Los niños de dos años también son capaces de sentir empatía: entienden los sentimientos de otros. Se puede ver a un niño consolar a un compañerito que se ha herido o hasta llorar cuando ve a otro niño que está molesto. Al mismo tiempo, a los niños pequeños les sigue gustando decir “¡No!” y se esfuerzan por resolver conflictos con amigos. Los niños desarrollan habilidades más adelantadas del juego social, como compartir y turnarse, con el tiempo a medida que se acercan a los tres años y más.