En esta etapa, el niño va madurando y consolidando todo lo aprendido, con una gran madurez de la motricidad gruesa: anda solo, puede hacerlo de costado y hacia atrás, e incluso arrastrando un juguete con ruedas. Puede correr y sabe sentarse solo en una sillita, aunque con dificultad. También puede agacharse y coger un juguete sin caerse. A partir de esta edad, el niño consigue mantener el equilibrio. Poned obstáculos pequeños por el suelo e incitad al niño a que los pise para que aprenda a caminar sobre distintas superficies.
Al final de esta etapa, el niño es capaz de jugar estando en cuclillas, de chutar la pelota dándole patadas sin apoyo o lanzarla con las manos sin caerse. Utiliza las manos con independencia. Sabe quitarse la ropa (no desabrochar botones). Si le damos una cuchara, sabe comer y con un lápiz imita trazos, primero verticales y posteriormente horizontales.